Dirigida por Elia Kazan
Adaptación al cine de la obra homónima del
dramaturgo Tennessee Williams, considerada una de las más importantes de la
literatura estadounidense, primero estrenada en teatro (1947) por el propio
Elia Kazan.
Blanche DuBois llega a vivir a la modesta vivienda
que su hermana Stella mantiene en Nueva Orleans, luego de haber sido desalojada
de la hacienda familiar con motivo de los despilfarros de sus parientes. Las
hermanas provenían de una familia acomodada, pero ahora Blanche ha quedado en
la ruina rememorando tiempos mejores y proyectando ambiciones futuras a través
de sus pretendientes.
Stella se ha emparejado con Stanley Kowalski,
descendiente polaco representante de la clase trabajadora que desde el primer
minuto no soporta la arrogancia y los aires de grandeza que profesa la hermana.
Blanche viene huyendo de la mala reputación
que forjó en su tierra natal. Hace ostentación de una educación superior y su vida
transcurre fuera del mundo real, inventando historias de pretendientes
millonarios, donde ella misma confiesa que subsiste alterando la realidad y
transformándola en magia.
Bebe demasiado, es neurótica y sufre crisis de
pánico. La cotidianidad la supera a menudo y necesita refugiarse en la
opulencia del pasado. Hay un fuerte sentimiento de atracción-odio entre Stanley
y Blanche, pero esta última se las arregla para cautivar al menos rústico de
los amigos de Kowalski.
Elia Kazan filma las escenas con soltura, rescatando
la teatralidad de los diálogos, ejecutadas a la perfección por un notable
elenco. La fuerza interpretativa de Marlon Brando (Kowalski) tiene su contraparte
femenina en Vivien Leigh (Blanche), encuentro de dos caracteres que tienden a
dominar a las personas que los rodean. Hay una permanente tensión sexual que el
director desarrolla claustrofóbicamente al interior de la vivienda, siempre con
las cortinas cerradas y en una penumbra donde chocan los personajes.
Blanche no sale nunca de la casa y si lo hace,
lo hará de noche, siempre huyendo de la luz y de las murmuraciones de la gente.
Sus pensamientos han quedado atrapados en las miradas inquisidoras de su ciudad
natal, en cierta forma para el director y para Blanche, la luz representa la
realidad, de la cual huye para refugiarse en la oscuridad, el lugar donde las
mentiras pueden disfrazarse de verdad dentro de la mente fantasiosa de Blanche.
Stanley, en una noche en que Stella no se
encuentra en casa, encara a Blanche que lo intenta agredir con las esquirlas de
una botella y en el forcejeo Kowalski la abusará sexualmente. La mente de Blanche
abandonará definitivamente la realidad. Ya no se tratará de magia, sino
simplemente de locura al no poder confrontar la realidad y haber dejado avasallarse
por otro ser humano.
La película constituye un estudio acabado del
machismo y de la violencia sexual, tema vigente a pesar del paso de los años,
pero sobre todo profundiza en la psiquis femenina, esa aparente debilidad que
juega con la voluntad de los hombres, solapada dentro de una dependencia del
macho proveedor, pero que indudablemente oculta una fuerza que subyuga al mundo
a girar en torno de su voluntad. Este tema subsiste en la actualidad, donde las
mujeres ahora buscan emanciparse de los hombres o al menos mantener su
independencia económica.
La perspectiva de la mujer ha cambiado
radicalmente y en el presente el concepto de femineidad tiene menos relación
con los caprichos y evidencias de debilidad con que las mujeres manipulaban a
los hombres de antaño.
Woody Allen adaptará el texto dramático y
dotará de una nueva visión a la historia de Tennessee Williams. Blue Jasmine
(2013) será protagonizada por Cate Blanchett, que personifica a Jasmine, mujer
que vive del aquí y ahora prestado por su hermana Ginger.
Allen le reserva más líneas a Ginger (Sally
Hawkins), que personifica a la inmediatez, ese contentarse con el dejarse
llevar, una mujer que no se valora a sí misma y cuya fuerza de gravedad atrae a
puros perdedores.
Ginger simboliza el fondo del pozo, esa alma
caritativa que no tiene nada que perder, debido a que no existe un estado peor.
Allen coloca en el abismo a ambas hermanas, en cambio Kazan se enfoca en el
infierno de Blanche. La hermana carece completamente de autoestima y cuando
llega Jasmine en un estado calamitoso, Ginger en su pequeñez siente que puede
ayudar a alguien más desamparado.
La propuesta de Allen es más moderna y Jasmine
representará la ausencia de presente: siempre se hizo la tonta con los negocios
turbios y amoríos de su marido. Personaje arribista e hipócrita, en cambio en
la versión de Tennessee Williams, Blanche quedó desamparada luego de la muerte
del esposo ante remordimientos por sus inclinaciones homosexuales. Este último tema
fue rupturista para la época y Elia Kazan debió esconder esa realidad bajo el
rótulo de «debilidad», como también recurrir a una elipse
magistral para simular la violación de Blanche tras un espejo roto, para de esa
manera eludir la censura. Al respecto, hay que subrayar que la
representación teatral logró remecer los prejuicios morales de los años
cincuenta; no así la versión cinematográfica cuyo guion adoptó una postura más
conservadora para adaptarse a los cánones imperantes de cara a las estatuillas que
obtuvo en los Oscar.
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