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COLECTIV (2019)

Dirigida por Alexander Nanau

 

 ©Aníbal Ricci

 

Excepcional documental rumano que aborda las implicancias posteriores a un incendio ocurrido en el club nocturno Colectiv en el que realizaba un concierto de rock alternativo.

 

El lugar carecía de vías de escape, por lo que perecieron 27 personas (220 heridos), pero en los meses posteriores se agregarían otras 38 víctimas que sufrieron quemaduras, totalizando 65 fallecidos.

 

Lo primero que llama la atención es la multiplicidad de puntos de vista por los que opta el director. No es un documental convencional, conoceremos muchas aristas que nos darán cuenta de los distintos niveles de corrupción de las autoridades rumanas.

 

Las imágenes siguen a un grupo de periodistas que investigaron irregularidades relatadas por un empleado de un hospital de Bucarest y que tenían relación con la dilución excesiva de un desinfectante utilizado por la mayoría de los hospitales de la ciudad.

 


Más adelante, la cámara se centrará en un ministro de Sanidad interino, a cargo de limpiar supuestos casos de corrupción, sobornos y triangulaciones de dineros públicos donde están involucrados políticos y los gerentes administrativos de los hospitales.

 

El documental inicia con los descargos de los familiares de los fallecidos, ante una audiencia dentro de cuyo público se encuentran algunos sobrevivientes de la tragedia.

 

Hay varios segmentos intercalados que dan cuenta de una mujer que sufrió amputaciones de sus manos y quemaduras graves. Se monta una exposición de fotografías retratando el resultado de esas quemaduras. Sorprende su entereza y asistimos a la gala, como a entrevistas de prensa e incluso a los acercamientos del ministro interino para restaurar de algún modo la integridad de las víctimas. 

 


Es interesante el seguimiento a la sala de reuniones del grupo de periodistas. Recuerda de buena manera al tratamiento coral del filme Spotlight (2015), dirigido por Tom McCarthy, que ganaría el Oscar a mejor película y guion original. No se centra en sus testimonios, sino en las conversaciones desarrolladas entre los investigadores. A pesar de ser un filme de denuncia, Colectiv (2019) utiliza planos medios y primeros planos para dar voz a estos miembros del equipo de investigación.

 

Somos testigos de una realidad abordada con los recursos fílmicos de la ficción, donde sobresalen personajes (que se interpretan a sí mismos) que a su vez se enteran de otra arista de la realidad develada por los noticieros. La juxtaposición de cámaras y la profundidad de campo de algunas tomas, dan cuenta de un trabajo muy profesional.

 

Hay un sobresaliente trabajo de espejos: las cámaras de los investigadores, los televisores en donde vemos los noticieros, las secuencias registradas por los reporteros, todos esos espejos dan cuenta de la realidad objetiva de un país sumido en el caos.

 

La idea de esa realidad externa investigada subjetivamente por este grupo de periodistas recorre todo el metraje. Habrá manifestaciones públicas filmadas con cámara al hombro y registros con cámaras digitales a los sujetos confabulados en la gran trama de corrupción del sistema público.

 

El anterior ministro de Sanidad desde el primer día del siniestro se dedicó a alabar a los hospitales y el tratamiento de primer mundo que recibirían las víctimas. Ante las averiguaciones del equipo periodístico, poniendo en duda la dilución de los productos químicos para esterilizar pabellones y dependencias médicas, ese ministro presentó investigaciones llevadas a cabo por los mismos involucrados en el conflicto.

 

Otro punto interesante del documental es la evolución de declaraciones públicas de las autoridades, que en principio encubrían los hechos, para luego dar paso a un discurso donde se sinceran las anomalías, pero siempre resguardando las espaldas de dichas autoridades.

 


Ante las nuevas pruebas que refutan las aseveraciones oficiales, asume este ministro de Salud interino, que permanecerá en el cargo hasta que se celebren nuevas elecciones. Procede a suspender las operaciones de ciertos hospitales dedicados a atender quemados y a efectuar trasplantes de órganos. Los investigadores le hacen ver que todos los productos de la farmacéutica Hexi Pharma habían sido adulterados en su composición y que esas irregularidades fueron advertidas en su momento por el organismo de inteligencia del gobierno.

 

Hay triangulaciones de dineros desde paraísos fiscales y desvíos de recursos para construir clínicas privadas. Los sobornos se extienden a todos los gerentes de los hospitales públicos que a su vez pagan coimas a los estamentos inferiores.

 

Todo el sistema está podrido y los noticieros nacionales colocan en una posición vulnerable a los investigadores al insinuar que el suicidio del presidente de Hexi Pharma lo provocaron estos periodistas que siembran el pánico en la población. También el nuevo ministro de Sanidad recibe amenazas de algunos gremios de médicos que han obtenido la acreditación de sus hospitales a través de presiones políticas.

 

En medio de la indignación de algunos ciudadanos, los social-demócratas obtienen un triunfo aplastante en las elecciones. Flota en el aire la idea de una corrupción en todas las esferas políticas.

 

Un primer plano lateral al interior de su auto, muestra al ministro de Salud decepcionado de la democracia rumana. Recorre las calles mientras conversa por celular con su padre. Este último no ve más remedio que su hijo se vaya del país para huir de la corrupción.

 

El grupo de investigadores conversa acerca de algunas amenazas de grupos mafiosos que sólo desean que todo siga igual.

 


La película cierra con el padre de su difunto hijo yendo al cementerio. Primeros planos dolorosos de la esposa e hija escuchando música en el auto y un último espejo de la realidad (el retrovisor) nos muestra las lágrimas del padre.

 

Gran película.

 

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