Dirigida por Alfonso Cuarón © Aníbal Ricci « Siempre estamos solas », le confidencia Sofía (dueña de casa) a Cleo, una sirvienta de origen mixteco que trabaja para la familia de un médico. Sofía ha llegado borracha y destruye a propósito el Ford Galaxy que su marido solía estacionar con extremo cuidado. Padre ausente, preocupado por las apariencias, el espacioso automóvil representa un símbolo de estatus que apenas cabe en la cochera. Cuarón coreografía esa entrada, sin molestarse en mostrarle el rostro, sólo sus manos que sostienen un cigarrillo. Ha transcurrido hora y media cuando la patrona, en estado de ebriedad, le susurró al oído esa frase que encierra un vestigio de sabiduría. Es evidente el trasfondo machista detrás del relato, por lo que ambas mujeres, de clases sociales diferentes, mantendrán cierto grado de complicidad en algunos pasajes de la cinta. Sofía acaba de enterarse de que su marido la ha dejado sola con sus hijos, pero el director no confunde el pap...
Literatura y cine