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Alicia en las ciudades (1974)


Dirigida por Wim Wenders


©Aníbal Ricci
Este largometraje es de los primeros de este director alemán y expone, por vez primera, los fundamentos de su cine: imágenes de fuerte simbolismo, dotadas de encuadres cuidados al servicio de guiones propios que tienen cierta cadencia, nunca apresurada, por mostrarnos a personajes aislados en la modernidad. Aviones, barcos, automóviles, carreteras, ríos y caminos que parecen conducir a ninguna parte, pero que son el escenario de desenvolvimiento del ser humano contemporáneo. A este primer paso, le sobrevendrán El amigo americano, París-Texas, Las alas del deseo y Tan lejos-Tan cerca, las dos primeras al estilo road movie y, las dos últimas, miradas complementarias y opuestas de la visión que tienen los ángeles acerca de los seres humanos.

Phil viaja en su auto desde Los Ángeles a Nueva York, retratando todo con su polaroid. Vaga de motel en motel y los encuadres de sus fotografías dan cuenta de la soledad que observa. Les falta vitalidad a esas instantáneas y el protagonista emprende esta road movie para encontrar su esencia, su alma en cierta medida.


Wim Wenders es un especialista en «películas de carretera» e insistirá en este viaje eterno (algunas veces sin guion) para que sus personajes se encuentren a través del movimiento de un lugar a otro.

Entonces Phil le dice a su agente que viajará a Europa para poder escribir acerca del mundo americano. En Estados Unidos ha visto paisajes solitarios y las imágenes televisivas (alienantes y sin sentido) lo han separado de la experiencia vital.

Wenders acompaña a su protagonista con unos simples acordes de guitarra (al igual que a Travis en París-Texas), profundizando el vacío de su experiencia. Lo pierden las autopistas, los trenes, ese «movimiento falso» que lo hace sentir ajeno en cualquier lugar.

En el aeropuerto conoce a Lisa y su hija Alicia. La puerta giratoria es el primer momento lúdico del filme, donde los protagonistas (Alicia y Phil) serán expuestos uno frente al otro. Antes de partir a Europa, Lisa los deja plantados en el Empire State y Phil debe viajar con Alicia para reunirse con Lisa en Amsterdam. Se hospedan en un hotel cercano al aeropuerto y visitan la ciudad durante el día. Viajan en barco y Phil pierde la paciencia con Alicia debido a que su madre no aparece. Le propone encontrar a su abuela y le nombra todas las ciudades alemanas. Viajan en bus con destino incierto y luego abordan un tren.


Wenders plasmó su obsesión por los medios de transporte. Alicia llora y Phil le cuenta una historia para que se quede dormida. Arriendan un automóvil e intentan reconocer entre las fachadas de las casas. Se sinceran en la cafetería y Phil le dice que no puede perder más tiempo y dinero. Alicia no entiende que es lo que Phil realmente tiene que hacer. El encuadre es más cercano, se están comunicando, dejando atrás las imágenes vacías de Estados Unidos. Acuden a la estación de policía y más tarde Phil asiste a un concierto mientras Alicia conversa con los funcionarios. Pareciera que Phil disfruta de la música, esta vez en vivo cobra mayor sentido. En el auto el diálogo se vuelve más cercano: Alicia parece recordar donde vive su abuela y Phil sonríe animado. Le dice que vive cerca de donde están ahora y le nombra el distrito que le indicó el policía. Alicia tiene una foto de la casa y siguen recorriendo ciudades. Van disfrutando del paisaje y la cámara se llena de niños en cada encuadre. Ambos ríen y juegan hasta que por fin dan con la casa, pero la abuela ya no vive ahí desde hace dos años.


Van a nadar y Alicia le dice que la gente lo confunde con su padre. En las instantáneas aparecen los dos, en primer plano y sonriendo. Las fotos ahora tienen significado. Un policía los reconoce (aparecen en el periódico) y le dice que llevará a Alicia donde su madre. Alicia le pasa cien dólares para el tren de vuelta (Phil ha gastado todo su dinero). Le dice a Alicia que en Munich acaba la historia. Viajan en tren, mirando el paisaje que ahora los acoge.



La película es un viaje tanto físico como emocional, sin recurrir a sensiblerías. En la medida que Alicia le muestra las ciudades, ellos se van acercando hasta encontrarle sentido al viaje que han emprendido.

Comentarios

  1. Wim Wenders es un especialista en «películas de carretera» e insistirá en este viaje eterno (algunas veces sin guion) para que sus personajes se encuentren a través del movimiento de un lugar a otro.

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