(crónica)
HUMILDE CONSEJO
por Aníbal Ricci
Marlon. Suzuki modelo Alto. Tiempo de espera
tres minutos. Patricia lo aborda en Macul esquina Quilín. La aplicación Uber no
es tan confiable, aunque la tarifa será sin duda la más conveniente. Se dirige
a Providencia donde tendrá la segunda sesión de kinesiología luego de salir del
hospital. Utiliza bastones, pero su juventud le hace ver la situación con
optimismo.
–Buenos días, señorita.
–¿Cuánto demora
el viaje? –contesta sin mucho interés.
–Llegaremos
pronto –el chofer sube el volumen al reggaetón.
–¿No eres de aquí?
–Hace un año
partí de Venezuela.
Marlon no es precisamente Marlon
Brando. Menos de uno setenta y de tez bien morena. Habla atropellado, aunque se
le entiende perfectamente.
–¿Cuántos hijos
tiene? –Patricia se reconoce en sus treinta y no le responde.
–Tengo cuatro
hijos, dos hombres y dos hembras –el chofer es demasiado joven.
Marlon vuelve a subir la música,
mientras transcurren tres minutos incómodos.
–¿Tuvo
los hijos con la misma mujer?
–Evidente,
ella era joven y estaba en edad.
–¿Ya
no vive con su esposa?
–Ella
cuida a los críos.
Patricia había esperado este momento.
–No
quiero quedar sola con varios hijos a cuesta.
–Pero a usted se
le está pasando el tren –interrumpe Marlon–. Debiera ir al gimnasio y ponerse bonita
para tener críos.
Patricia no cree lo que acaba de
escuchar. En diez minutos la ha tratado de fea y gorda, peor aún, también le
dijo vieja. Patricia mira las muletas de reojo como queriendo aventárselas por
la cabeza.
–Usted
es bonita, ¿cómo no ha quedado preñada?
–El
útero es mío.
–En
Venezuela ya le habrían hecho por lo menos tres hembritas.
–La verdad es que
no he encontrado al hombre adecuado.
–Pero la edad
avanza –vuelve a subir el reggaetón–. Yo encantado le haría hijos.
Patricia queda muda, todavía quedan
diez minutos de trayecto.
–Usted
es mujer y debiera tener varios críos –insiste Marlon– es una cuestión natural.
–¿Le
molesta si cambiamos de tema?
–Da
lo mismo quién sea el padre, usted tiene que convertirse en mujer.
–¿Eso
piensa su exesposa?
–Tiene
cuatro críos y está realizada.
Quedan cinco minutos para llegar al
centro médico y Patricia espera que Marlon no vuelva a abrir la boca.
–A
la vuelta hay un gimnasio.
–No
te das cuenta que sufrí un accidente y por eso ando con muletas.
–En
vez de ir al doctor vaya al gimnasio –insiste–. Así se pone bonita y está lista
para tener críos.
–Llevas
un año en Chile y te sientes con derecho a decirme qué hacer.
–Es
mi humilde consejo.
–Déjame
aquí y me las arreglo –le contesta de mal humor.
Marlon se detiene en la esquina y
Patricia desciende del auto.
–No
deje de ir al gimnasio –le escucha decir antes de cerrar la puerta.
Patricia avanza por la acera, es poco
probable que la sesión de kinesiología le devolviera el humor. Fue el colmo de
la patudez, pero igual se sintió menospreciada. Ingresa a Cafetopía y pide un
espresso doble para pasar el mal rato. No basta con haber nacido en este país,
ahora incluso dudará de su condición de mujer. Conversa con un escritor que se
divierte con la historia. A Patricia no le parece graciosa y pide varios
pasteles para llevar. El Uber a esta hora ha subido la tarifa. Observa el
paquete y en la esquina observa un letrero. No había visto antes esta sucursal
de Smart Gym. El auto se detiene y la música le crispa los nervios.
–¡Podría
apagar la radio!
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